¿El cerebro y los riñones son parecidos?

El deterioro cognitivo es la disminución de una o más funciones y que son percibidas por la persona o por un médico. Cuando éste deterioro es grave e impide que la persona realice sus actividades diarias por sí sola, se dice que sufre demencia.

Los trastornos psiquiátricos como la depresión, la ansiedad y el abuso de sustancias junto con el deterioro cognitivo, son los principales factores de la mala calidad de vida de los pacientes con enfermedades renales crónicas (ERC).

La depresión es predominante entre los pacientes con ERC, es de tres a cuatro veces mayor en comparación con el resto de la población. La ansiedad también es común, pero ha sido menos estudiada.

Esta relación entre el daño renal y los trastornos psiquiátricos se explica con la “teoría vascular”, la cual dice que entre el cerebro y el riñón existen similitudes en su estructura y su función, y por eso son susceptibles a los factores de riesgo cardiovascular tradicionales como el envejecimiento, la obesidad, la diabetes, la hipertensión y el tabaquismo.

También explica que el cerebro al mantener un flujo sanguíneo constante, se vuelve vulnerable a sufrir una lesión causada por la hipertensión y la arterosclerosis presente en la ERC puede alterar la autorregulación del flujo sanguíneo cerebral.

La arterosclerosis es una enfermedad que se caracteriza por la acumulación de grasa en las arterias.

En este sentido, el riesgo de accidentes cerebrovasculares en la ERC aumenta con la presión arterial alta, por lo que su disminución y control son un enfoque atractivo para su prevención.

Ante esta situación, se ha sugerido que se hagan pruebas de imágenes cerebrales de rutina en los pacientes con ERC para detectar daño cerebral y microhemorragias cerebrales, ya que estas condiciones asintomáticas pueden provocar consecuencias fatales.